Lucía Sabuquillo
2º Bachillerato
El hombre que quiso ser bello.
Una mañana, se despertó con el ímpetu de ser bello. Nunca hasta entonces se lo había planteado. Mirando hacia el techo de su dormitorio, pensó: "he de ser bello". Llegó a la conclusión de que para lograrlo, no había de encontrar la belleza, sino a La Belleza: la esencia inmaterial que existe, inmanente y eterna, en todo lo visible e invisible. Algo le decía que era La Belleza, y ninguna otra cosa más, lo que le haría a él ser verdaderamente bello. Así, una vez interiorizada esta decisión, salió a la calle y empezó a observar a su alrededor, intentando captar aquello que le suscitara una necesidad lo suficientemente grande de emocionarse, como para empezar a pensar que aquello ante lo que se encontraba le proporcionaría lo que buscaba. Hacía tanto tiempo que La Belleza no volvía a pasar por su corazón, que no recordaba que la emoción fluía sóla, y que todo aquel bullicio liante mental, era innecesario.
Pasaron las horas, y la luz del Sol se le empezó a acumular en las pupilas, pues no cerró los párpados en horas, intentando que nada escapara a su sentido de la vista, que creyó imprescindible. Algunas niñas pasaron por su lado corriendo y le chillaron: "¡hechizao'!", porque parecía realmente que hubiera quedado sedado y alucinado bajo algún embrujo de ensueño. Fue en ese momento cuando, reflejado en la superficie de un charco de agua, se vio a sí mismo. Los haces de luz que proyectaban sus pupilas solares se fundían en ese espacio acuoso y agitado como pedacitos de oro difuminados, como si fueran el recuerdo borroso de un cofre pirata que se hunde en la profundidad del mar y que, aún ante la mirada estupefacta de la tripulación, se abre, y deja vislumbrar el brillo de las maravillas que guardaba...
Aquella visión le produjo la sensación más particular que había tenido desde hacía demasiado tiempo y, de repente, sintió cómo la luz solar incrustada en sus pupilas se trasladaba al iris, (haciéndole ojos color luz, casi como los de las criaturas celestes), y cómo desde ahí se fundía hacia dentro, hacia el interior de su cuerpo, donde algo le empezó a florecer; le empezó a acariciar los órganos y los huesos; e incluso, le empezó a perfumar la sangre. Era ella.
Bien Lucía, bien. Sigue creando y gracias por compartir, en este blog, tu talento.
ResponderEliminarEran las 8 media de la tarde,me encontraba en el cuarto de mi mejor amiga April arreglándonos para ir a la fiesta que da esta noche Polo;un chico nuevo de mi instituto,yo sentía gran interés por conocerlo ya que no ha surgido la oportunidad de hablar con èl,pero aun así nos ha invitado a su fiesta en su casa aprovechando que sus padres estaban en un viaje de negocios.
ResponderEliminar-laurel apúrate que llegamos tarde y Alex va a pasar a por nosotras a las 9!-exclamo April un poco molesta.
-vale,pero no me metas prisa que me pongo nerviosa y tardo más-digo poniendo los ojos en blanco.
medio hora más tarde llega Alex,nos montamos en su coche y nos dirigimos hacia la fiesta.
Al llegar,saludamos a algunas compañeras de clase, a Natalie,que es la hermana melliza de Polo y a Polo .Entramos a su casa,la música esta muy alta,hay comida y bebida,todos están bailando al son de la música ,parecen muy alegres y se nota que se lo están pasando en grande,me gusta mucho el ambiente que hay aquí aunque hace un poco de frio ya que estamos en Noviembre y se me olvido la cazadora en casa de mi amiga.La casa de Polo es muy grande y moderna,tiene una piscina en su enorme jardín,hay unos árboles preciosos muchas flores,realmente me encanta como tiene decordo todo.me dirigo hacia un cerezo y me quedo contemplando su belleza.De repente escucho unos pasos acercándose amí,me giro y veo a Polo aproximándose lentamente hacia mi con una linda sonrisa.
-Hola,soy Polo,el hermano de Natalie.¿tú eres Laurel no? vamos a la misma clase-preguntó mirándome directamente a los ojos
-Si soy Laurel y vamos a la misma clase -dije dejando escapar una pequeña risotada.Por cierto linda casa
-Gracias,me alegro de que te guste,oye veo que tienes frío estas tiritando-Dijo Polo quitándose la cazadora y poniéndomela encima de los hombros.
-Gracias,no te deberías haber molestado,ya mismo iba a entrar en la casa-digo tranqilamente mientras me levanto del césped.
-No,no-me agarra suavemente la mano-Quédate un ratillo más-dice con los ojos brillantes mirando hacia el cielo.
-¿No te parece que hoy las estrellas brillan más que nunca?
¡ Eres genial! 💋
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